Andy Rodríguez se dirige todas las mañanas a su trabajo, con sus audífonos puestos. Él pertenece al 15% de las personas en Ecuador que gustan del rock, según un estudio realizado por la Universidad de Guayaquil.
Desde el nacimiento de la música streaming, en la década de los 2000 con plataformas como Spotify o Amazon Music, ha aumentado la accesibilidad a la gran variedad musical.
El informe anual, Music Listening de 2019, publicado por la Federación Internacional de la Industria Fonográfica (IFPI por sus siglas en inglés), indicó que el 89% de personas que la disfrutan, lo hacen mediante el servicio de streaming como medio de reproducción y que el género más escuchado, a nivel mundial, por los adolescentes entre los 13 y 18 años es el pop.
Mientras tanto en Ecuador
A nivel nacional, el estudio antes mencionado de la Universidad de Guayaquil, reveló que el género más escuchado entre los ecuatorianos es el urbano, también conocido como reggaetón, con un 29% de afinidad, le siguen el pop con 20%, la salsa con 17%, el rock con 15%, las baladas con el 10% y el restante manifiesta no preferir un género específico.
Las conductas y costumbres son las que se ven más influenciadas. “Se han hecho observaciones sobre la manera en que los ritmos musicales estimulan diferentes áreas del cerebro; demostrando que según el género es el estímulo cerebral y sensorial”, manifestó la psicóloga Sandra Meza, quien vive en Guayaquil.
La música, al llevar tanto tiempo como parte de la sociedad, ha llegado a ser transcendental para su desarrollo. Carlos Escalante, músico y productor, afirmó que: “la música es mágica, ya que ayuda a estabilizar el estado de ánimo de las personas, pues, uno busca canciones o temas que tengan el mensaje que necesitamos para mejorar nuestro humor”.
Conducta
Profesores de la Universidad de Helsinki, en Finlandia, elaboraron una investigación que demuestra que los adolescentes se dejan llevar más por estímulos externos repetitivos, en este caso, la música, lo que se relaciona con otro análisis de la Universidad de California, donde se concluyó que los sonidos repetitivos son más agradables por su simetría sonora.
Luis Andrade, quien tiene 27 años y creció escuchando rock pesado, es ahora ingeniero informático, y señaló que aquello no afecta en nada a sus labores cotidianas, esto lo explica porque, según él, no a todas las personas les agrada este tipo de género. “Cada uno forja su camino, no creo que la música u otras cosas puedan influenciar en lo que vayas a ser en un futuro” añadió.
Alfred Tomatis, otorrinolaringólogo, psicólogo e investigador francés, dijo en su publicación sobre el método que lleva su propio nombre, que el oído no solo se usa para escuchar, sino que también es un factor influyente en el equilibrio de diferentes áreas del cuerpo y sirve como receptor estimulante de diferentes funciones cerebrales.
Con esto se evidencio que su método tiene mucha relación con lo que le sucedió a Danny Cerón, de 17 años, quien a partir de oír y aprender música en inglés (pop), le influyó para entender otro idioma, “mi música favorita es el pop me ayudó mucho para aprender a hablar y entender inglés”, comentó.
Rocío Ledesma, quien es madre de Danny, afirmó que un adolescente siempre tratará de experimentar nuevas cosas y los ritmos son una de ellas.
“Como se sabe son muy jóvenes y yo, a su edad, también escuchaba todo tipo de melodías que eran populares en ese tiempo, depende mucho del mundo de la música y de qué es lo que se quiere que las personas hoy en día escuchemos”, finalizó.
Bajo este contexto hay quienes escuchan música clásica para relajarse. El reggaetón, por su ritmo bailable, se suele disfrutar en un ambiente de alegría y entusiasmo, por lo que es relacionado con fiestas o discotecas; al pop se lo asocia en un contexto más comunitario, que tiene que ver con relaciones sociales. Mientras que el rock se lo suele disfrutar en vivo, bajo ánimos de euforia e incluso con actitudes similares a la ira.
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