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Foto del escritorComunicando UPSE

¿Se hará el recorrido del día de los muertos?


Foto cortesía

Familia Gálvez colocando la mesa para los difuntos


El día de los difuntos es una fiesta religiosa, cultural y llena de costumbres que varias familias ecuatorianas las realizan, es una de las expresiones culturales y gastronómicas que más incide en las comunas.


Juan Suarez Gonzabay, propietario de la panadería “Bendición”, panificador con 35 años de experiencia, residente de la comuna Cadeate, la capital del pan nos manifestó que “Es una tradición, las comunas tanto Cadeate como las demás no dejarán de celebrarla, aunque ahora debemos tener medidas de bioseguridad para no incrementar el número de contagios”.

Las autoridades no se pronuncian si harán el resguardo de seguridad de distanciamiento para el día de los difuntos, “Hasta el momento no nos han dado ninguna disposición respecto a la seguridad policial para esa fecha, pero estaremos atentos a las órdenes que nos ratifiquen”, comentó Danny Zamora Cagua, cabo segundo de la Policía Nacional del Ecuador (PNE).


Las personas que más asisten a esta festividad son de La Libertad, Salinas y Santa Elena, apenas llegan empiezan a recorrer todas las casas sin un orden específico diciendo la frase “ángeles somos del cielo venimos y pan pedimos”, con la finalidad de receptar alimentos de las respectivas mesas de los fieles difuntos.

La asociación de panificadores tiene previsto un pequeño declive de visitas en comparación a los años anteriores ya que existen familias que no se quieren exponer a ser contagiados y no asistirán.


La costumbre peninsular consiste en preparar alimentos para dejarlos en la mesa, una vez haya transcurrido el tiempo hasta las 17h00 se puede empezar a repartir la comida si alguien de la visita lo solicita. Normalmente la comida empieza a escasear alrededor de las 19h00.

Los platos típicos que más se preparan son: torta de camote, camote asado, arroz con leche, conserva de papaya, tambor, humita, bollo, café, chocolate, pollo asado, chancho asado, arroz con menestra y carne, tallarín de pollo, torta de maíz, pan de muerto y pescado salado.


A pesar de que el 2 de noviembre es “oficialmente” el día de los muertos; el 1 de noviembre es dedicado especialmente a los niños, y al siguiente día de las personas adultas que ya no se encuentran físicamente. La costumbre precede desde hace tiempo y las personas aseguran que perdurará.

En otros sectores del país las familias suelen llevar la colada morada y las guaguas (niño pequeño o chico) de pan a los cementerios como ofrenda. Principalmente en la Sierra, los familiares suelen compartir alimentos con sus difuntos. Además, se aprovecha ese tiempo para elevar una plegaria por el familiar ausente y dar mantenimiento a su tumba.

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