Con la emergencia sanitaria del COVID-19 la educación en el Ecuador se vio forzada a un cambio tecnológico, donde la mayoría de las ofertas académicas eran en modalidad presencial y esto cambió radicalmente en el 2020.
El Ministerio de Educación indica que el 52 % de los estudiantes de educación básica y bachillerato ingresan a las plataformas educativas a través del teléfono celular, mientras que el 46 % lo hace por medio de una computadora y el 2 % por una Tablet.
En la educación superior la mayoría de las ofertas académicas eran presenciales. Por ejemplo, el 85 % de las carreras de tercer nivel y el 92 % de cuarto nivel. Actualmente más de 600 mil estudiantes asisten de forma virtual a 60 universidades y escuelas politécnicas del país.
La educación virtual abre sus puertas a estudiantes de provincias en las que hay una baja tasa de matrículas en universidades. Es el caso de las provincias de Napo, Morona Santiago, Zamora Chinchipe, Orellana y Sucumbíos y en estas cinco provincias amazónicas la tasa de matrícula está debajo del 10 %, lo contrario ocurre con Chimborazo, Pichincha, Loja, Azuay y Bolívar que tienen una tasa superior del 30 %.
El problema radica en que un 63 % de los hogares ecuatorianos no tienen acceso a Internet, según información compartida por Agustín Albán, secretario de Secretaria de Educación Superior, Ciencia, Tecnología e Innovación (Senescyt), durante el Webinar: “Los Retos de la Educación y Oportunidades de la Tecnología para el Ecuador”.
Son muchas las dificultades que se han encontrado en el sistema de educación durante este tiempo de pandemia, en donde una computadora o teléfono no necesariamente significa un adecuado acceso a la tecnología. Algunas plataformas virtuales no fueron diseñadas para usarlas en teléfonos móviles y por el alto consumo de datos resulta difícil manejarlas y entenderlas.
En la Escuela Superior Politécnica del Litoral (Espol) realizaron una encuesta a sus estudiantes, de los cuales el 60 % es de nivel socioeconómico bajo. Allí indica que el 46 % no disponía de un lugar exclusivo para recibir las clases virtuales y el 80 % tenía distracciones durante las clases. A eso se suma que el 62 % no pudo ver vídeos durante las clases.
Tan solo el 60 % de los estudiantes accedían a sus clases a través de una laptop, el 15 % por medio de una PC y el 25 % mediante una Tablet o teléfono inteligente. Y lo más alarmante es que el 34 % de los estudiantes no pudo instalar el software requerido para el desarrollo de trabajos académicos.
La decisión de continuar el proceso educativo a través de la teleeducación ha puesto en manifiesto la desigualdad que existen entre los distintos sectores de la población y las carencias de los hogares ecuatorianos. Esta situación evidencia la restricción a la continuidad de su derecho a la educación.
Aclaración: Según Albán ciertas carreras universitarias pueden mantenerse de forma virtual, mientras que otras como ingeniería y medicina, deberán optar por una combinación de clases virtuales y presenciales. Sin embargo, no descarta el uso de la realidad virtual.
Elaborado por:
Génesis Arcentales Torres
Carlos Lazo Tigrero
Gema Quilumba Vera
Katherine Ramírez Beltrán
Darwin Villao Tomalá
Yulady Yagual Orrala
Fuente:
Revista Vistazo
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